lunes, 19 de marzo de 2007

Persa Bio Bio,mas de Cien Años en un solo lugar

MAS DE CIEN AÑOS EN UN SOLO LUGAR


Enclavado en el barrio BIO-BIO se encuentra el galpón de la antigüedad y la historia, con mas mil artículos que rememoran el pasado mediante exóticos muebles vajillas platería y un sin fin otras novedades que en forma singular y única se convierten en la principal atracción de los turistas que viajan a nuestro país y por que no decirlo de los amantes de las antigüedades y recursos de nuestros ante pasados.

Para acceder a esta maravilla solo tenemos que visitarlo y disfrutar de todo lo que muestra y ofrece concurriendo hasta sus dependencia ubicadas en calle Víctor Manuel 2190 esquina BIO-BIO o llamar al teléfono+56-2-555-9304 y comunicarse con Alejandro Osorio en Santiago de Chile y podrá conocer una nueva tendencia en antigüedades única en su tipo en este país enmarcada en un barrio exclusivo que encierra lo mas selecto y vanguardista del pasado con una tradición cultural del Chile del ayer, del presente y del mañana construido y levantado en un sector diferente de Santiago que forma parte la historia del comercio de Chile

Persa Bio Bio




Las barriales calles de la zona de Franklin sufren una metamorfosis semanal. Aromas y colores de fiesta se alzan cada sábado cerca de las 10 de la mañana, inaugurando un cosmos asombroso que durante años ha sobrevivido los avatares de la modernidad que inundan, cada vez más, a Santiago.

La cultura popular de la ciudad existe, en las calles del antiguo matadero Franklin, envuelta en un ir y venir constante de más de treinta mil personas que atiborran los diferentes galpones en el que se puede encontrar de todo.

Antigüedades, cachureos, productos computacionales, música, ropa, comida, artículos deportivos, para el automóvil, para el aseo, plantas, pinturas, juguetes, bicicletas, muebles para todo el hogar, sumado a una inimaginable cantidad de etcéteras hacen del sector una fuente del deseo o una especie de aguja en el pajar en dónde casi siempre uno termina llevando algo que no se tenía en mente.

Tradición del Pueblo
El Persa es sinónimo de muchedumbres, hallazgos y ventas de cualquier cosa por precios más que convenientes.

Centrado principalmente entre las calles Bío Bío, Placer y Víctor Manuel, los mercados tipo “persa” corresponde a una tradición que proviene de la década de los ’30. En dicha época, debido a una poderosa crisis económica, la población halló en las cercanías de la calle Balmaceda, en Mapocho, el lugar de un primer e improvisado Persa. En igual tiempo la zona de Franklin vivía un auge laboral con la Curtidumbre que aprovechaba la proximidad del Matadero para producir zapatos industriales.

En sus amplias estructuras la producción se mantuvo hasta 1979. Durante los años que acompañaron a la industria, en sus alrededores, una serie de comerciantes callejeros se apoderaron de las veredas y ofrecían a los compradores del antiguo Matadero nuevas mercancías a bajos precios.

Fue otra crisis la que formalizó el Persa. La recesión del año ’82 sumada a la desaparición de la Curtidumbre, provocó que el nuevo dueño del sitio industrial cediera los grandes galpones a los vendedores ambulantes. Este fue el punto de inicio del Bío Bío tal como ahora es.

Luego, en los años ‘90, se techarían grandes patios que extendieron los dominios del mercado hasta San Diego, consolidándolo como uno de los centros comerciales más importantes de Santiago. Y no sólo eso, si no que se convierte en uno de los últimos íconos tradicionales de la historia popular del siglo XX junto con las Ferias Libres, las fondas dieciocheras, la Vega o la mismísima Piojera.

Mil Imágenes del Bío Bío
Tan solo llegando el paisaje se transforma en una surrealista postal metropolitana, en donde se conjugan los símbolos de la modernidad y tradiciones antiquísimas. Saliendo del metro Franklin, línea 2, un amasijo de aromas, gritos y gentíos abordan los sentidos.

Gastronomía para regodearse en las primeras cuadras: anticuchos, empanadas, mote con huesillo, completos o choripanes es la variada oferta. Todo en medio de retratos que sorprenden como, por ejemplo, el dinosaurio Barney ofreciendo sacar fotos a los niños montados en ponis; o el “Elvis”, consumado baterista de tarros que hasta una vez salió en televisión con Don Francisco, haciendo ya su archiconocido show gutural o una cantante de rancheras que imanta a numerosos visitantes.

Las calles están llenas de gente que se pierden en los galpones tipo mecano que se encuentran más cerca de San Diego y en dónde prima la ropa de marca, los perfumes, artículos de aseo y algunos locales con pertrechos militares. Aparte de espacios llenos de muebles útiles para toda la casa.

Cruzando San Francisco y hasta Santa Rosa hay pequeñas tiendas que ofrecen películas y discos de desconocidos autores o artículos para computador. Una seguidilla de bares por la vereda norte hace que varios personajes se desvíen por una bienvenida cerveza, pipeño o piscola de mediodía adornada con las canciones de los guitarristas clásicos que son parte de la fauna de la zona.

Luego de Santa Rosa, uno se interna en el Bío Bío tradicional, el de los grandes y antiguos galpones, el de la verdadera exploración en dónde se pueden pasar días completos viendo, comparando o comprando sin repetir.

Piños de personas se agolpan para entrar y perderse por sus laberínticos pasillos. Acá la división es muchísimo más clara, el primer edificio viniendo desde el poniente pertenece, en exclusiva, a los comerciantes de artículos para PC y en los que sus vendedores saben más que cualquiera que trabaje en una tienda tipo mall.

En la intersección de la calle Placer y Víctor Manuel, se encuentra el más típico de los galpones y que se une a varios más internamente. Meterse acá asemeja a catacumbas pero versión remozada con la cantidad de sonidos que provienen de los locales que venden juegos para Playstation y los que comercian discos compactos nuevos por sólo tres lucas. Una serie de pasillos llevan y desllevan, pierden al novato y hacen descubrir pequeños rincones en los que se venden antigüedades o colecciones completas de muñequitos de series animadas; o latas de pulpo y aceites de oliva españoles; o provocan encontrarse conversando con el señor de los cactus que domina todos los nombres científicos de lo que vende; o con el “nazi” que vende svásticas junto con cortaplumas tipo mariposa, pasamontañas o uniformes camuflados.

El espectáculo es su gente, personajes todos. Los que ofrecen, los que llevan, los que miran, los que duermen en alguno de sus rincones. Es posible ver a punks, anarkos, jipis, cuicos, flaites, soñadores, artistas de televisión, vagabundos, orates y gringos, mezclándose en las pequeñas callejuelas del interior de los galpones.
Antiguedades Persa Bio Bio , ubicado en calle Victor Manuel 2190 en Santiago de Chile
Fono contacto (56 ) 2 556 93 04, Alejandro Osorio